Antes no podíamos salir y dejar la casa sola, por que no era segura

En el marco de este proyecto construimos 72 viviendas por el método de ayuda mutua, con su respectivo saneamiento básico. Así mismo se desarrollaron talleres de capacitación en materia constructiva: uso y mantenimiento de la vivienda y el saneamiento básico, enfoque de género, igualdad de oportunidades y convivencia pacifica.

Queremos compartir el testimonio de 2 de las familias beneficiadas con el proyecto:

“Soy Estela Azucena Bautista Sol y mi esposo es Antonio Jurado, nos enteramos del proyecto cuando pasaron por mi casa los empleados de la alcaldía censando las champas y viviendas en mal estado. Fue un momento de mucha emoción, de muchas dudas; dudas de que fuera ser solo bulla y rumores por no saber qué era lo que teníamos que hacer, pues se decía que debíamos trabajar en la construcción y era algo que yo nunca había hecho\”.

\“Somos una familia de 8: nosotros dos, 4 hijos mayores y mis dos hijas de 10 y 14 años. Vivíamos en una casita de vara de castilla y tejas de 9 por 5, sin letrina, pila y lavadero en mal estado. Vivíamos así por que no tenemos trabajo ni crédito\”.

\“La construcción fue dura. Le hicimos frente yo y un hijo, que aprendimos a hacer mezcla. El trabajo de grupo fue sin problemas, nos conocíamos bien todos y nos llevamos bien. Yo siento que trabajamos en armonía, aunque en veces se armaban líos por los que faltaban\”.

\“Hoy nos sentimos bien en la casa nueva. Antes nos encerrábamos para dormir; ahora nos encerramos para dormir pero también para estar en familia. Antes sentíamos frió, hoy nos da calorcito. Antes no podíamos salir todos y dejar la casa sola por que no era segura\”.

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“Soy Idis Azalea Aranda y mi esposo Tránsito Chicas Sáenz, somos parte de una familia de 9 miembros: 3 adultos, 4 niños y 2 niñas. Hoy tengo mi casa gracias al proyecto y he dejado de vivir en aquella champa de plástico, varas de maicillo y techo de lamina. No podíamos dormir tranquilos por las goteras y el frio\”.

\“Ahora tenemos una casa de bloque sin goteras y calientita con 3 cuartos. En uno duermen los niños mayores, en otro los menores y en el tercero duermo yo con las niñas; mi esposo duerme en la sala en una hamaca. Tenemos letrina, cocina, pila y lavadero\”.

\“Fue para mi algo que me emociono mucho, desde que vimos a los de la alcaldía censando para el proyecto de vivienda, ya que era la oportunidad de poder tener una casa. Pensábamos que podríamos llegar a hacerla, pero nunca pasamos de pensarlo. Con nuestro trabajo en el campo nunca íbamos a tener la capacidad\”.

\“Primero quitamos la champa y emparejamos el terreno. Teníamos que organizarnos en grupos de 5 familias para hacer las viviendas. Nuestro grupo fue bastante unido y no tuvimos complicaciones. Mi familia tuvo una participación plena, desde el mas chico hasta el mas grande. Fueron cuatro meses fuertes; gracias al maíz que guardamos pudimos dedicarnos por completo a la construcción\”.

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