Mujeres y niñas, la fuerza invisible de la resiliencia

REDES

El propósito del Día Internacional para la Reducción de Desastres (DIRD) 2012 es reconocer y valorar a los millones de mujeres y niñas que logran que sus comunidades sean más resilientes a los desastres y los riesgos climáticos, y por consiguiente que obtengan los beneficios y protejan sus inversiones en el desarrollo. El tema principal del DIRD 2012 se centra en el hecho de que con frecuencia no se reconocen las contribuciones de las mujeres a la protección y la reconstrucción de sus comunidades antes y después de un desastre.

En El Salvador la fecha se conmemoró mediante una feria instalada en una plaza pública, la Plaza Cívica, ubicada frente a la Catedral Metropolitana, en San Salvador. Las organizaciones parte de la Mesa Permanente para la Gestión de Riesgos instalaron un stand donde expusieron sus propuestas para la reducción de los riesgos, con un enfoque de género y con atención en la niñez; simultáneamente se desarrollaba un acto donde participó el Director de Protección Civil, Jorge Meléndez; quien afirmó que la intervención en los desastres requiere un enfoque de derechos humano, y esto obliga la aplicación de un enfoque de género.

Meléndez recordó la importancia de considerar el contexto de discriminación que desfavorece a las mujeres y niñas, citando algunas cifras presentadas por la organización internacional PLAN, en el marco del primer Día Internacional de la Niña, el recién pasado 10 de octubre: “ el 41% de las mujeres no estudian porque en el hogar consideran que no es necesario, que es pérdida de tiempo; el 31% abandona los estudios por situación de embarazo. En este período de celebración del Día Internacional para la Reducción de los Desastres, se pretende destacar el papel de la mujer y las niñas” afirmó el Director de Protección Civil.

La Fundación Salvadoreña para la Reconstrucción y el Desarrollo presentó una olla solar, cuya función consiste en la cocción de alimentos utilizando la energía solar. La olla está hecha de vidrio, dentro tiene una cazuela metálica cubierta de una pintura especial que absorbe el calor; la olla está rodeada por un panel reflector, que al reflejar la energía solar en la olla, la concentra y genera el calor necesario para la cocción. “Una sopa de frijoles puede demorar entre 3 y 4 horas, un arroz puede demorar una hora” asegura Moisés Batres, Coordinador del Centro de Gestión de Riesgos de Fundación REDES.

“Esta alternativa forma parte de un enfoque de gestión de riesgos y seguridad alimentaria, se vuelve una alternativa a las comunidades vulnerables cuando las familias no tienen acceso a una cocina; pero además promueve una cultura ecológica y sustentable que se complementa con las cocinas ahorradoras de leña”. Desde el punto de vista de la equidad de género, la olla solar puede prevenir situaciones de inseguridad para mujeres y niñas que culturalmente asumen el rol de ir a buscar leña o trasladar la alimentación al hombre, donde éste se encuentre trabajando.
Comunidades de Berlín en Usulután, San Sebastián y San Lorenzo, en San Vicente, ya están usando las ollas solares, previa concientización sobre la importancia de una cultura ecológica y sustentable con equidad de género.

En la feria participaron organizaciones internacionales como Oxfam y PLAN internacional, así como las organizaciones de la Mesa Permanente para la Gestión de Riesgos, integrada por 24 organizaciones, entre ellas, Fundación REDES. Todas expusieron diferentes alternativas para la mitigación y adaptación al cambio climático.

PLAN Internacional presentó algunas publicaciones de interés a propósito de la temática, como: Guía para la facilitación de la protección de la niñez y la adolescencia en emergencias, Características de una comunidad resiliente ante desastres, y la Guía para el acompañamiento psicosocial a niños, niñas y adolescentes antes, durante y después de los desastres.

Las mujeres y las niñas son factores poderosos de cambio, son activistas, legisladoras, trabajadoras sociales, líderes comunitarias, profesoras, y madres. Cumplen una misión muy valiosa en la reducción de riesgo y en los procesos de adaptación al cambio climático a la hora de alcanzar objetivos a nivel de las comunidades. Las mujeres siempre deben formar parte de las políticas, la planificación y los procesos de implementación.

“Los desastres no son naturales, sino construcciones sociales producto de patrones actuales de desarrollo que generan vulnerabilidad. El rol activo y proactivo y el involucramiento de las mujeres y niñas en la toma de decisiones es fundamental para el proceso de desarrollo, en todo momento de la planificación, en las acciones para reducir el riesgo y en los preparativos y la respuesta ante emergencias o desastres”, señala un comunicado de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres.

Fuente: REDES