Previniendo desastres en medio de las vulnerabilidades.

REDES

En los municipios de Huizúcar y San José Villanueva se implementa un programa orientado a la reducción de riesgos y vulnerabilidades en 4 comunidades; el programa beneficia a un poco más de 400 personas, gracias al apoyo de la agencia de cooperación irlandesa TROCAIRE y al trabajo del Centro de Gestión de Riesgos de Fundación Salvadoreña para la Reconstrucción y el Desarrollo (REDES).

El programa consiste en la implementación de un plan de formación en gestión de riesgos, que incluye Escuelas de Campo (ECA) para las prácticas agroecológicas en la dinámica productiva; también se instalarán 20 cocinas ahorradoras de leña, un curso en primeros auxilios, formación en agua y saneamiento básico con el fin de aportar elementos para la contraloría social con enfoque de derecho y un proceso de capacitación de Alerta Temprana en el Centro Escolar Las Dispensas.

El curso en primeros auxilios fue facilitado por Comandos de Salvamento de El Salvador, una institución dedicada a la atención inmediata aplicando técnicas de primeros auxilios básicos y avanzados desde 1961.

Moisés Batres, Coordinador del Centro de Gestión de Riesgos en Fundación REDES, sostiene que el curso en primeros auxilios apunta al fortalecimiento de la organización comunitaria, a través de la generación de conocimiento mínimo en primeros auxilios, que permita prepararse para responder en situaciones de emergencia.

Según Moisés Batres, “las comunidades de Huizúcar y San José Villanueva viven expuestas, enfrentando pequeñas y grandes emergencias. Aquí hay un escenario de riesgo muy grande y varios factores de vulnerabilidad, entre los principales es la vulnerabilidad ambiental y política. Estamos hablando de zonas deforestadas, no hay acceso al agua; sin embrago hay empresas constructoras que han talado hasta 300 manzanas de árboles, o más; la pobreza es el otro factor de vulnerabilidad, pues se ve limitado el desarrollo de las familias y las comunidades. A esto hay que agregar los efectos del cambio climático, de manera que las grandes tormentas y las grandes sequías impactan sobre todo en la agricultura y la soberanía alimentaria, como en la seguridad física de las y los habitantes.

Daniel Cruz, Delegado de Seccional en el Municipio de San Martín de Comandos de Salvamento, fue el facilitador de información en el curso de primeros auxilios, sostiene que el trabajo que esta institución realiza es invaluable: “Todo el voluntariado que es parte de la institución arriesga su vida para ayudar a personas que no conocemos y nunca hemos visto; dejamos a nuestra familia, muchas veces perdemos una comida, una noche con ellos y ellas, cuando hacemos nuestros turnos cotidianos, y en momentos de emergencias o desastres, nos vamos hasta cinco o diez días a otros municipios donde se necesite nuestra ayuda”.

Daniel Cruz comenzó como voluntario en Comandos de Salvamento cuando tenía 14 años de edad, a este momento, cuando aparenta menos de 40 años y más de 35, afirma que no puede contabilizar la cantidad de vidas que logró rescatar de las manos de la muerte. “Para nosotros es satisfactorio nuestro trabajo porque sabemos que pudimos ayudar a superar traumas psicológicos o físicos causados por lesiones en los desastres… eso a uno le trae satisfacción”.

Siempre hay historias por contar para un voluntario de instituciones de rescate como Comandos de Salvamento, “de las satisfacciones más grandes que he tenido es saber que he podido atender un parto, pues se trata de una nueva vida; también he salvado mucha gente de ahogarse en el mar, prácticamente esa es mi rama, donde yo nací en Comandos, como salvavidas.

Para Daniel lo más difícil en su trabajo ha sido sacrificar tiempo para dedicarlo a su familia; pero además, señala que los recursos económicos de la institución no alcanzan a cubrir las necesidades de las 33 filiales que tienen a nivel nacional; Daniel asegura que “el voluntariado es el alma de Comandos”, estos alcanzan la cifra de 3,500 hombres y mujeres que dedican su vida a salvar otras vidas.

La formación en primeros auxilios es tan básica como para determinar que una simple maniobra podría salvar la vida de una persona o podría perjudicarla para siempre. Las emergencias están a la orden del día y es importante saber responder a las mismas para evitar futuras complicaciones.

“Esto debería ser parte de la cultura general que deberíamos de tener en el país, comenzando en las escuelas, educando a nuestros hijos desde nuestras casas, para que sean menos las muertes por accidentes; generalmente las personas no saben qué hacer en estas circunstancias”, afirma Daniel Cruz.

Maria Claudia Ramírez de Molina, proveniente del cantón El Matazano, jurisdicción de san José Villanueva, reconoce que la información brindada en torno a los primeros auxilios fue recibida en hora buena. “He aprendido muchas cosas, como qué es lo que tenemos que hacer y lo que no tenemos que hacer en casos de emergencia, por ejemplo, lo que hacemos en caso de heridas es usar pomadas, aquí nos dicen que no debe ser así, pues solamente debemos tomar medidas oportunas, lo demás debe hacerse en los establecimientos de salud adecuados”.

Por su parte, Gloria Santamaría, proveniente de Comunidad La Lima, Huizúcar, sostiene que “he aprendido cuáles son los pasos principales para poder dar ayuda en cuanto a primeros auxilios a alguna persona. Siempre hay prácticas que en las comunidades las realizamos de manera empírica, porque las aprendemos de nuestros abuelos y abuelas, pero ya con esta capacitación hemos visto que no debemos realizarlas porque podemos ocasionar un daño mayor a la víctima; como por ejemplo aplicar tierra o café listo en una herida.

Fuente: REDES

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