El Salvador fue representado además por la Fundación Bálsamo, ASAPROSAR, ASEI y ALPIMED, quienes tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano experiencias peruanas de programas de microcréditos en ONG´s, cuyo desarrollo ha sido orientado hacia dos acciones concretas: la consolidación de microfinancieras reguladas desde el Estado y las que continúan funcionando como áreas de trabajo dentro de sus organizaciones.
El Consorcio de Organizaciones Privadas de Promoción al Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa –COPEME- constituye el enlace peruano con ALPIMED y fue la responsable de recibir y organizar el itinerario de la delegación salvadoreña. COPEME es una red que trabaja para conseguir una mayor formalización, competitividad y productividad de las MYPES y su articulación con la economías locales, para ello desarrolla programas y proyectos que mejoran de manera sostenida la oferta de servicios de las entidades de promoción a la MYPES en el Perú, estas entidades son las de Microfinanzas, desarrollo empresarial y desarrollo económico local.
La pasantía consistió en la visita a las instituciones: PRISMA, Cáritas Solidaridad, FOVIDA y GDS, en las cuales se tuvo la oportunidad de compartir sus formas de trabajo, mecanismos de administración de carteras de crédito y el proceso de regulación, a través de directores y gerentes de negocios institucionales quienes a través de ponencias sobre su trabajo abrieron el debate e intercambio de experiencias con los salvadoreños y salvadoreñas.
Dentro de los aprendizajes más importantes de esta pasantía destaca el funcionamiento de agencias de crédito descentralizadas, con una visión de desarrollo económico para microempresarios/as que no tienen acceso a la banca formal, sin perder de vista su enfoque solidario a través de la educación y seguimiento permanente de usuarios/as, han encontrado con eficiencia y eficacia el punto de equilibrio para la protección de “clientes” y de las instituciones mismas.
Otra experiencia novedosa para la motivación de usuarios/as de microcréditos es la existencia de Microseguros de Vida a muy bajo costo, que es definitivamente una facilidad nunca vista en nuestro país, para el sector informal, urbano y rural, que constituye en su gran mayoría nuestra población objeto y que siempre se encuentran al margen de los beneficios sociales que brinda el trabajo formal.
Finalmente, la experiencia peruana, nos reafirma la necesidad del apoyo gubernamental a través de políticas públicas que favorezcan a los/as micro y pequeños/as empresarios/as, sin las cuales no será posible alcanzar el nivel de desarrollo deseado a través de nuestros esfuerzos por apoyar a este importante, numeroso y vulnerable sector de la economía nacional.