Suchitoto: un ejemplo de desarrollo económico local

Georgina Salinas

En el Departamento de Cuscatlán, en la zona paracentral del país, 46 kilómetros al norte de San Salvador, se encuentra Suchitoto, su nombre proviene del Nahuat: “Xuchit Tútut”, que se traduce “Pájaro Flor”.

Suchitoto está delimitado al Norte por el Embalse Cerrón Grande, al Sur por el Cerro Guazapa y el Cerro Tecomatepe, limita con los municipios de San José Guayabal, Oratorio de Concepción y Tenancingo; al Este con el municipio de Cinquera y al Oeste con los municipios de Aguilares y Guazapa.

La Municipalidad ha divido el territorio en ocho zonas, donde se encuentran más de 80 comunidades distribuidas en 27 cantones.

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La ciudad casi se convirtió en un pueblo fantasma durante la guerra salvadoreña, pues el Cerro Guazapa fue escenario de confrontación entre la Fuerza Armada y la Guerrilla instalada en ese territorio; provocando el desplazamiento de sus habitantes.

Algunas fuentes sostienen que esta emigración propició que el pueblo aún conserve su estilo arquitectónico colonial, caracterizado por sus calles empedradas y casas de adobe con balcones forjados. Estas características han permitido que Suchitoto se convierta en un atractivo turístico, además de contar con la compañía del Lago Suchitlán.

La Fundación Salvadoreña para la Reconstrucción y el Desarrollo (REDES) surgió en 1989, acompañando los procesos de reconstrucción de las comunidades repatriadas que por seguridad, huyeron de sus territorios en el contexto del conflicto armado. Suchitoto ha sido desde el principio, un territorio de trabajo para la Fundación REDES.

REDES ha acompañado a las comunidades de Suchitoto golpeadas por la pobreza y la exclusión social mediante la gestión e implementación de proyectos para el desarrollo del municipio, enfocados en la agricultura sostenible, las iniciativas de emprendimiento con enfoque solidario y un programa de vivienda y saneamiento, entre otros.

Desde el año 2008, REDES ha acompañado la articulación de una red local de negocios locales, la Red Xuchit Tutut, que aglutina iniciativas de autoempleo, iniciativas productivas e instituciones, que se afilian para comercializar entre ellos sus productos y servicios aprovechando la producción local y las capacidades internas, donde pueden utilizar como sistema de pago un vale llamado UDIS (Unidad de Intercambio Solidario Suchitotense).

El Agromercado Solidario de Suchitoto era parte de un sueño de productores y productoras de las comunidades rurales del municipio, que fue posible cuando en el 2010, la organización de los productores y productoras sumado a las acciones realizadas por varias organizaciones en conjunto con la Alcaldía Municipal le dieron vida. Fueron las gestiones realizadas por la Concertación de Mujeres de Suchitoto y la Colectiva Feminista, las que contribuyeron con los primeros recursos para la adecuación física del espacio.

Pedro Antonio Vásquez participa en el Agromercado Solidario desde sus inicios, proviene de la Comunidad San Antonio del Monte, ubicada 8 kms. al occidente de la Ciudad de Suchitoto.

Pedro Vásquez produce granos básicos, pero es reconocido por el cultivo de la Rosa de Jamaica, considerado un producto no tradicional con amplias propiedades medicinales, generalmente utilizada para la elaboración de bebidas calientes o refrescantes.

El vino es una bebida que resulta de la fermentación de la uva, sin embargo, Pedro Vásquez ha innovado el mercado orgánico mediante la elaboración de vino de jamaica, su marca es “Xuchit Tutut” y ya la comercializa en otros municipios.

“Es un vino que está muy bien cotizado debido a que ha sido elaborado artesanalmente por la familia, basándose en la higiene en el procesamiento y la deshidratación de la rosa de jamaica. Hemos recibido apoyo en el diseño, ya tenemos nuestra viñeta, con la marca Xuchit Tutut”, explica Pedro Vásquez con su semblante de satisfacción por la aceptación de su producto.

Este productor comenta que la iniciativa para producir la flor de jamaica surge desde hace 11 años atrás, cuando un miembro de la cooperativa donde estaba organizado, llevó a la comunidad la semilla de la variedad “REAL-ENA”, según indica, una de las mejores variedades de semillas en El Salvador proveniente de la Escuela Nacional de Agricultura.

Ana Aracely Ávila, desde la Comunidad El Copinol se moviliza cada domingo para ofrecer alimentos elaborados a base del maíz que se produce en la parcela familiar sin agroquímicos. “Tenemos 4 años de estar acá, y nos ha ayudado mucho porque la gente siempre busca lo que nosotros traemos. Ahora estamos haciendo riguas y elotes locos, pero también traemos atol de elote y otras cosas”.

Aracely es una mujer joven, que ha encontrado en la iniciativa de emprendimiento una oportunidad para mejorar las condiciones de vida de su grupo familiar, el agromercado solidario es un espacio permanente donde ella y su madre, “Niña Bertila”, atienden a los consumidores y consumidoras del agromercado.

María Dolores Ávalos Noyola, junto a su hermana y su madre comercializan artículos teñidos en añil. Este grupo de mujeres ofrece ropa, sandalias, cosmetiqueras, muñecas, entre otros productos, ingeniosos elaborados también con técnicas de reciclaje donde reutilizan telas y plásticos para nuevas creaciones funcionales.

María Dolores comenta que, la iniciativa de emprendimiento surgió gracias a una capacitación impartida por la Concertación de Mujeres de Suchitoto; después de haber obtenido el conocimiento procedieron con la producción para la comercialización de sus productos.

Este domingo 14 de julio se llevó a cabo el acto de relanzamiento del Agromercado, cuatro años después de su surgimiento, en medio de un ambiente de fiesta, se sumaron artesanas de otros territorios acompañados por Fundación REDES; Gloria Santamaría, del Municipio de Huizúcar, La Libertad, se instaló en un espacio compartido con Pedro Vásquez, para ofrecer el champú elaborado con sus propias manos.

Amelia Urias, una artesana del Municipio de Monte San Juán, Cuscatlán, también ofreció sus productos de medicina natural, sus artesanías y dulces de amplia variedad. Amelia Urias explica que la pobreza ha sido la causa de su iniciativa de emprendimiento, la cual, le ha resultado de mucho beneficio, no solamente por los ingresos que alcanza, sino también porque es ella misma quien define el tiempo que dedicará a su trabajo. “A mi nadie me dice que tengo que entrar a una hora y salir a otra, yo decido lo que voy a trabajar y lo que voy a comer”, asegura Amelia.

Enrique Cardona, es miembro del Programa de Desarrollo Económico (PRODE) de Fundación REDES, y promotor de este proceso de articulación de redes de negocios en el Municipio de Suchitoto. Según Enrique Cardona este proceso ha tenido que superar, no solamente los retos que refieren a las condiciones materiales para implementar la iniciativa; Cardona asegura que han habido problemas culturales que se han ido superando en el camino.

“Con los hoteleros y restauranteros de la zona, al principio había cierta desconfianza para hacer sus comprar a la gente de las comunidades, porque en el casco urbano predomina mucho conservadurismo, y en la zona rural, la gente tiene vínculos con la historia de lucha reciente en El Salvador; para los propietarios de los establecimientos de servicios alimenticios del casco urbano era un problema comprar a quienes ellos llamaron guerrilleros; sien embargo, esta brecha cultural fue superada gracias a la Red Xuchit Tutut”.

Carlos Cotto, Director Ejecutivo de Fundación REDES asegura que el agromercado solidario de Suchitoto es un modelo del compromiso que todas las municipalidades a nivel nacional deberían asumir, para solventar el problema de la alimentación bajo relaciones solidarias desde lo local; según Cotto, es un esfuerzo que se suma a la lucha por la soberanía alimentaria en El Salvador.

“En este momento a nivel nacional se está desarrollando el proceso de creación de la Ley de Soberanía Alimentaria, con la cual se busca que el país tenga el poder y la capacidad suficiente para decidir que alimentos va a producir y de que forma los va a producir”.

Carlos Cotto sostiene que el país debe invertir más en el rescate de la actividad agrícola en El Salvador, lo cuál debe vincularse con una Ley de Soberanía Alimentaria.

“Tiene que haber un apoyo mayor a la producción nacional de alimentos, ya que desde hace unos años para acá el país se ha convertido en un importador y la producción nacional ha venido abajo gracias al abandono del campo y a la aplicación del modelo neoliberal a partir de los años 90 para acá. Entonces, retomar el campo, apoyar la agricultura, a las mujeres, a los campesinos, es algo que estamos empujando para que esta ley lo retome”.

El Agromercado Solidario se moviliza para San Salvador el primer viernes de cada mes en las instalaciones de Fundación REDES: Colonia Miramonte, Calle Cerro Verde #3028, San Salvador.

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