La organización del Festival Raíces 2018 estuvo a cargo de la Mesa por la Soberanía Alimentaria, amplia red de organizaciones sociales a nivel nacional, entre las que se encuentra Fundación REDES.
El Festival Raíces es considerado un espacio de resistencia y rescate de nuestra identidad cultural y alimentaria, así como de las tradiciones y saberes ancestrales que practican campesinas y campesinos en El Salvador, expresó Adalberto Blanco, miembro de la Mesa por la Soberanía Alimentaria.
En esta cuarta edición del festival se acuñó el lema: “Por nuestra soberanía alimentaria: defendamos agua, tierra y semillas” en referencia a la actual lucha que sostiene el pueblo salvadoreño frente a la amenaza de privatización del agua y de los bienes comunes.
La Mesa por la Soberanía alimentaria mediante una conferencia de prensa aprovechó la oportunidad para exigir a las diputadas y diputados que retomen la discusión de las propuestas de Ley General de Aguas y Ley de Soberanía Alimentaria y Nutricional elaboradas con la participación de la sociedad civil.
Entre las demandas realizadas por la Mesa por la Soberanía Alimentaria están: incorporar el enfoque de Soberanía Alimentaria a la producción de nacional de alimentos, la aprobación de políticas de seguridad nacional rescate de semillas y visibilizando el aporte de las mujeres en la producción nacional de alimentos.
También hicieron un llamado a las respectivas instituciones del Estado a Incentivar la producción nacional y campesina de alimentos, rescate y promoción de semillas nativas y criollas; y el fomento de mercados locales para una comercialización que beneficie tanto a las personas productoras y a las personas consumidoras.
En el Festival raíces no faltaron los diversos alimentos ancestrales como el camote, ojushte, semilla de ayote, chaya y otras verduras y hortalizas criollas que son cultivadas por agricultoras y agricultores en nuestro país.
Las personas asistentes pudieron degustar de las muestras gastronómicas de estos alimentos y presenciar una demostración de juego de pelota maya.
Por cuarto año consecutivo se hizo la práctica del trueque en el festival y hubo además muestra y venta de artesanías, productos para el cuidado personal hechos con materiales naturales, vino y más.
La música en vivo también se hizo presente, así como diversas manifestaciones artísticas que hacían llamado a la reflexión sobre el cuido de los bienes naturales y la importancia de cultivar nuestros alimentos y consumir productos locales.